Los cinco autores de fantasía que más me han influido

08.10.2021

Hace ya tiempo que tenía ganas de escribir una entrada como la de hoy. Vaya por delante, sé lo que pasa luego, que este artículo no va de los mejores autores de fantasía, ni tampoco de los más influyentes. Va de los que más me influyeron a mí, por un motivo u otro. Y no, en la lista no aparecen ni Tolkien ni Martin. Superadlo. Tampoco hay un orden definido por calidad, sino más bien por cuestiones cronológicas. Dicho esto, vamos a ello. Como digo es una lista muy personal, e iré explicando por qué me ha resultado tan influyente cada uno de estos autores. Seguro que más de uno os sorprende.


Käthe Recheis. «¿Quién?», diréis. Es comprensible. Käthe Recheis es (fue) una autora austriaca que falleció el pasado 2015 a los 87 años de edad. Esta señora publicó el año 1982 un libro de fantasía juvenil, El lobo blanco, que tuvo una enorme influencia para mí. Fue mi abuela la que me lo regaló cuando yo contaba con solo trece años, y se convirtió en la primera obra de fantasía que leí. La imagen adyacente, que corresponde a la misma edición que tengo yo, no muestra precisamente una gran portada, ¿verdad? ¡Menos mal que la elegí por el título!


MargaretWeis y Tracy Hickman. Al parecer la lista de cinco autores va a quedarse en seis autores, pero, en fin, no puedo dejar de incluir a los padres de la Dragonlance. Si El lobo blanco me hizo descubrir la literatura de fantasía, Dragonlance me hizo entregarme a ella con pasión. La descubrí con catorce años, cuando, fascinado por la novela de Käthe Recheis, buscaba otros libros de temática similar. Fue la casualidad la que hizo que acabase eligiendo El retorno de los dragones (1984), libro que me regalaron mis padres. Aún recuerdo la cara de tonto que se me quedó cuando lo terminé y descubrí que la historia no acababa, pero las páginas sí. Fue cuando descubrí las trilogías, y las maldije con toda mi alma.  


William King. Aproximadamente en la misma época en la que descubrí las novelas de fantasía, descubrí también el wargame de fantasíaWarhammer Fantasy, al que me aficioné de inmediato. En 1996, con la quinta edición del juego, me conquistó por completo. No es extraño que en 1999, cuando salió Matatrolls, la primera de una larga lista de novelas protagonizadas por Gotrek y Félix, dos de los héroes más populares de Warhammer Fantasy, esta acabase en mis manos. Para entonces llevaba algunos años leyendo todo lo que encontraba de la saga Dragonlance, y las novelas de William King me descubrieron otro tipo de literatura fantástica, con una ambientación y una narrativa que se alejaba de la alta fantasía de la Dragonlance y se acercaban a la espada y brujería.  

Robert E. Howard. Después de quedar fascinado por las aventuras de Gotrek y Félix, era solo cuestión de tiempo que buscase más novelas de esa fantasía oscura y feroz, más agresiva y cruda. Así descubrí el legado de Howard, quien me atrapó con dos de sus personajes más emblemáticos: Conan el bárbaro y Solomon Kane. ¿Qué mejor manera de leer fantasía de espada y brujería que leyendo precisamente al padre de la espada y brujería? Mi próxima novela, de hecho, bebe mucho de este último personaje, quien además tuvo un cameo en mi relato Manos Frías, con el que gané el I Certamen de Relatos Área Pulp en el 2019.  

Paralelamente a esos autores leí también a muchos más, tanto de fantasía como de muchos otros géneros, por supuesto. Pero, limitándonos a la fantasía, debo mencionar a grandes autores como Tolkien, Martin o Salvatore, tres de los más destacados que he leído. Si bien es cierto que no se encuentran entre los autores que más me han influido, también lo es que eso se debe únicamente al azar. Igual que cayó en mis manos de casualidad El retorno de los dragones podían haber caído El Hobbit o La morada. El caso de Martin es diferente, pues cuando salió Juego de Tronos (la primera novela de la saga Canción de Hielo y Fuego, y también la que da título a la serie de televisión) yo llevaba ya años leyendo fantasía. No tuvo el mismo impacto en mí.

¡Pero esperad, no os vayáis todavía! ¡Nos falta un autor!



Neil Gaiman. Aquellos que conozcan más o menos las obras y los autores que he mencionado a lo largo del artículo podrán advertir que, con excepción de Käthe Recheis, existe cierta evolución lógica en el listado. Sin embargo con Gaiman eso queda roto, pues la fantasía que escribe el premiadísimo autor inglés tiene poco o nada que ver con las obras antes mencionadas. Lo cierto es que descubrí a Neil Gaiman de forma tardía, cuando yo ya llevaba más de una década leyendo fantasía y había descubierto a numerosos autores y obras. Lo descubrí con El océano al final del camino, libro que, de nuevo de casualidad, regalé yo a mi madre. Tanto me gustó que busqué nuevas obras del autor, y leí Buenos presagios, American Gods y Objetos frágiles, entre otras. Después vinieron Mitos nórdicos, la encantadora Stardust y... en fin, que me conquistó hasta convertirse en uno de mis autores favoritos, quizás incluso en mi preferido. Tendría que pensarlo.

Estos autores puede que no sean los más grandes escritores de fantasía, puede que no sean los más influyentes o que, sobre todo en el caso de los tres primeros, su obra tenga un enfoque claramente juvenil (no en vano los descubrí en mi adolescencia). Puede que no sean los mejores, pero son los que más me han influido a mí y, sin todo lo que me aportó la obra de cada uno de ellos, mi propia historia sería diferente. Por eso, para mí, son especiales. Y hoy quería compartirlos con vosotros.

JOAQUÍN SANJUÁN