Los X-Men de Jim Lee

12.07.2021

Artículo publicado originalmente en el nº 198 de la revista Dolmen

Están a punto de cumplirse los sesenta años de vida de los X-Men, y durante esas seis décadas han sido incontables tanto las historias narradas como los autores detrás de estos cómics (guionistas y dibujantes, pero también muchos otros profesionales). Con el paso de los años se ha generado además un buen número de colecciones centradas en los mutantes, señal inequívoca de que estos cada vez tienen más y más lectores. Un elevado número de cómics sobre mutantes que mes a mes llenan las estanterías de las librerías especializadas y vacían los bolsillos de los infatigables lectores.

Pese a tan desorbitada cantidad de historias, hay que admitir una cosa: no todas poseen la calidad suficiente para pasar a ser considerados más que un tebeo del montón, cuanto menos todavía un clásico. Sin embargo a lo largo de esos cincuenta años se han creado aventuras que actualmente se encuentran entre los mejores cómics de todos los tiempos. Sus autores, cuyos nombres quedan estrechamente ligados a esos trabajos, se convierten en grandes iconos y de pronto todo el mundo parece querer copiar su estilo, ya sea de narración o de dibujo. No en vano son muy pocos los dibujantes y guionistas que consiguen que sus nombres sean recordados por su trabajo, y entre esos pocos siempre destacan algunos artistas que, de una manera u otra, convirtieron su obra en una revolución. El mejor ejemplo de esto es el sobradamente conocido Jim Lee, uno de los fundadores de la editorial independiente Image. Pero antes de esto, Lee dirigió los X-Men. Y las cosas cambiaron.

Jim Lee
Jim Lee

Jim Lee nació el 11 de agosto de 1964 en Corea del Norte, pero se crió en Estados Unidos. Desde siempre sintió fascinación por los cómics y demostró un innato talento para dibujar que él aseguraba estaba influido por autores como Frank Miller, John Byrne o Arthur Adams, entre otros. Cuando llegó a Marvel lo hizo de manera discreta y le asignaron como dibujante de Alpha Flight primero y de Punisher War Journal más tarde. Fue en esta última serie donde dibujaría por primera vez a Lobezno, el que más tarde se convertiría en uno de sus personajes clave dentro de la franquicia mutante.

Durante esta época la cabecera Uncanny X-Men se había convertido en un título quincenal, lo que obligaba a disponer de distintos dibujantes que permitiesen mantener tan agotador ritmo de producción. A causa del trabajo de Jim Lee en Punisher War Journal, el editor quedó bastante impresionado y decidió hacerle una prueba para los mutantes. Era solo el principio.

"Los cómics demostraron ser para mí, 
además de un entretenimiento, un producto educativo."
(Jim Lee)

Uncanny X-Men 248

Muchos lectores piensan erróneamente que Jim Lee comenzó a dibujar poco antes de la marcha de Claremont, pues acostumbran a relacionar al dibujante coreano con X-Men más que con Uncanny X-Men. Pero lo cierto es que se estrenó en el nº 248 de esta última cabecera, en una historia en la que Kaos, Mariposa Mental, Dazzler, Tormenta, Coloso y Júbilo se enfrentan a Nanny y Creahuérfanos en una etapa en la que los X-Men estaban muertos de cara al mundo. En esta misma aventura Tormenta parece morir a manos de un Kaos confuso y en estado de shock.  

Uncanny X-Men 258 a 260 (Actos de Venganza)

Pese a que Jim Lee superó la prueba con creces, no sería hasta diez números más tarde cuando volvería a ponerse a los lápices de la colección mutante. Lo haría en una historia dirigida por Claremont, como no podía ser de otra forma, y englobada dentro de la saga Actos de Venganza, en la que distintos supervillanos intercambiaban a sus enemigos. En el caso de los X-Men les correspondió enfrentarse al Mandarín, villano habitual de Ironman.

La historia permitiría a Jim Lee dar lo mejor de sí mismo, pues tuvo la ocasión de dibujar a Lobezno y la ahora ninja Mariposa Mental, dos de los personajes en los que más huella dejó. Además se darían las primeras pinceladas de lo que más adelante sería la batalla contra Legión y el Rey Sombra y que supondría el renacimiento de la franquicia mutante (uno de tantos, pero en este caso uno de los que más huella ha dejado).

El trabajo del coreano en estos números fue extraordinario y la aceptación de los lectores no dejó duda alguna de que estaba destinado a triunfar. Aquí ya pueden encontrarse algunos de los rasgos más notables de Jim Lee a la hora de dibujar, como su innovadora planificación de página y su ilimitado dinamismo.

"Imagínate lo que supuso para mí conseguir un contrato y trabajar al lado de Chris Claremont. Al principio fue un poco surrealista vivir con la gente que había idealizado desde chico y a la vez muy emocionante." 

(Jim Lee)

Uncanny X-Men 267

Jim Lee regresaría unos pocos números más tarde en una historia en la que compartiría lápices con Portaccio y Williams. Aquí aparece además Gambito, otro de los personajes que deben buena parte de lo que son al coreano. Curiosamente y pese a que buena parte de los aficionados piensan equívocamente que el cajún fue creado por Lee, lo cierto es que ya había aparecido en el nº 266 de la colección, en el que contaba con Mike Collins como dibujante. Sin embargo lo que resulta innegable es que sería el trabajo de Jim Lee lo que convertiría a Remy LeBeau en el incorregible personaje adorado por los fans que es hoy en día.

Uncanny X-Men 268

En el siguiente número nos encontramos con un cómic que, sin formar parte de ninguna gran saga ni importante acontecimiento, siempre ha contado con la admiración de los lectores. En él tenemos a Lobezno, Mariposa Mental y Júbilo haciendo equipo con la Viuda Negra al mismo tiempo que se nos cuenta una historia sucedida muchos años atrás, en la que Logan (que no Lobezno) rescataba al Capitán América de La Mano y ambos se unían para ir en auxilio de una Natasha Romanov que entonces todavía era una niña.

Este número supone un punto de inflexión en Uncanny X-Men, pues marcaría el comienzo de Jim Lee a los lápices como dibujante principal y en solitario de la cabecera.

Uncanny X-Men 269

Jim Lee ya había revolucionado a los lectores con sus diseños de Lobezno, Mariposa Mental o Gambito, y en esta ocasión le llegaría el turno a Pícara. Cualquier lector veterano de X-Men reconocerá que el personaje sufrió una transformación a manos de este dibujante, pues fue él quien la convirtió en una de las superheroínas más sexys de Marvel. Pero este número no destacó tan solo por la revolución estética que imprimaría Jim Lee en Pícara, sino también por el regreso de Magneto. Y qué regreso, la ilustración con que el coreano cierra el cómic es todavía hoy una de las mejores jamás realizadas sobre amo del magnetismo.  

Uncanny X-Men 270 a 272 (Proyecto Exterminio)

Segunda saga en la que participa Jim Lee como dibujante de Uncanny X-Men (la primera fue Actos de Venganza) y uno de los últimos cartuchos de Claremont al frente de los mutantes. En esta ocasión nos encontramos con un crossover que une a los Nuevos Mutantes, a X-Factor y a los X-Men, que hasta entonces habían estado rotos y separados desde que pasasen por el Lugar Peligroso para escapar de los Cosechadores. La saga supondría un nuevo enfrentamiento contra Genosha y el regreso de Kaos.

Lo más destacado de estos números no es su contenido, ni tan solo el hecho de que sea uno de los primeros crossovers de la nueva era de la franquicia mutante, sino el hecho de que Liefeld y Lee, quienes tiempo después serían dos de los pilares más importantes de Image junto a Todd McFarlane, coincidirían y trabajarían juntos, lo que supondría el primer acercamiento entre ambos.  

Uncanny X-Men 273

Número dedicado a reestructurar a los mutantes tras los sucesos de Proyecto Exterminio en el que Jim Lee formaría equipo de nuevo con otros dibujantes, llegando a sumar un total de ocho artistas a los lápices.

Lo único significativo de este número fue que, tras mucho tiempo de leer a unos X-Men fragmentados, finalmente volverían como grupo. Con Tormenta al frente, el equipo estaría formado también por Forja, Lobezno, Júbilo, Gambito, Mariposa Mental y Banshee.

Llegados a este punto Jim Lee ya se había convertido en un fenómeno de masas, y no solo era el nuevo favorito de los lectores sino que comenzaban a verse intentos entre sus compañeros de profesión de imitar su rompedor e innovador estilo. Y lo cierto era que el coreano no había hecho más que empezar.


Uncanny X-Men 274 a 277

En esta etapa el grupo dirigido por Tormenta rescataría al Profesor-X de las más que literales garras de Ave de Muerte en un movido viaje por el espacio que les llevaría a vérselas también con los Skrulls.

Aquí ya quedan patentes dos hechos que resultarían fundamentales para el devenir de los X-Men. Por un lado nos encontramos a un Claremont difícil de reconocer al que las condiciones y exigencias cada vez más frecuentes de Marvel le marcaban el camino a seguir más de lo que él estaba dispuesto a tolerar. Las discusiones entre el guionista y los directivos ya habían comenzado y en ellas se podía entrever un atisbo del futuro en el que el llamado Patriarca Mutante dejaría la colección. Por otro lado tenemos a un Jim Lee desatado, que ya despliega todo su potencial y habilidades y que incluso consiguió eclipsar a Claremont como principal figura creativa al frente de los X-Men. Las cosas estaban cambiando muy rápido, pero todavía nadie podía alcanzar a suponer hasta qué punto estaban a punto de transformarse para siempre.  


Después de este último arco argumental realizado por Claremont y Lee para Uncanny X-Men tuvo lugar la batalla contra Legión y el Rey Sombra en la que tanto X-Factor como X-Men se unirían para derrotar a tan terrible amenaza y que se saldaría con otra reconfiguración, con cambios que en esta ocasión afectarían también a X-Factor, formado hasta entonces por los cinco miembros fundadores de los X-Men.

Con la conclusión de esta saga se sucederían varios hechos de gran importancia en la franquicia mutante. Por un lado tendríamos el nacimiento de una nueva cabecera, llamada X-Men a secas, de la que se encargarían en un principio Lee y Claremont. A raíz de esto el principial grupo de mutantes se dividiría en dos, para ocupar así tanto Uncanny X-Men como el nuevo título, y contaría tanto con los personajes que este mismo equipo había estado utilizando en sus últimas historias como con los miembros fundadores, que abandonarían X-Factor. Esto supondría además la llegada a esta otra colección de Peter David, que pese a contar solo con un puñado de personajes secundarios para su cabecera sería capaz de convertirla en un título de éxito que gozaría de gran popularidad entre los aficionados, aunque esto es otra historia para otro artículo. Lo importante, dada la naturaleza del tema que nos ocupa ahora, es que estaba a punto de comenzar una nueva época dorada para los mutantes; una época que tendría a Jim Lee a la cabeza.  

Antes de continuar es importante que comprendamos cuál era la situación del mundo editorial del cómic en general y de Marvel en particular, pues solo así podrían entenderse los distintos cambios que estaban a punto de suceder. Y es que las cosas habían cambiado radicalmente durante los últimos años, hasta el punto de que el merchandising se había convertido en un elemento en auge muy a tener en cuenta por las editoriales, lo que propició que estas cambiasen su forma de pensar y de trabajar. Dicho de otra manera, se sacrificó parte de la libertad creativa con que hasta entonces contaban algunos de los autores (como el propio Claremont) para realizar cómics más comerciales.

Fue entonces, en medio de toda esa revolución, cuando la editora Ann Nocetti, muy amiga y gran seguidora de Claremont, sería reemplazada por Bob Harras. Además, Louise Simonson abandonaría New Mutants y llegaría Liefeld, cuya entrada comenzó con un cambio radical en el planteamiento de la colección, que más tarde pasaría a llamarse X-Force. El primer número de este nuevo título vendió más de tres millones de ejemplares. Las cosas habían cambiado, y lo que tanto lectores como editores buscaban eran aventuras repletas de acción, adrenalina y testosterona, con chistes mordaces y personajes duros y rompedores.

De esta manera nos encontraríamos con personajes que volvían a sus raíces, como Charles Xavier y Magneto, y con historias más sencillas de lo que el Patriarca Mutante había ofrecido durante los últimos años. Esto no gustó para nada a Claremont, pues como todos sus lectores saben era un escritor al que le gustaba plantar pequeñas semillas que iban germinando con el paso del tiempo. El guionista llevaba más de una década trabajando para reformar a Magneto, al que quería poner al frente de los X-Men, y para matar al Profesor-X, al que durante esos años había hecho recuperar el uso de las piernas. Fue Bob Harras, el nuevo editor, el que rechazó sus planes y le obligó a reconvertir a Magneto en el enemigo de los X-Men y a recuperar al Profesor-X (de nuevo en silla de ruedas) como mentor y líder del equipo, rompiendo así con todos los planes de Claremont. La marcha del Patriarca Mutante después de esto era inminente, y mientras tanto Jim Lee proseguía su imparable ascenso.

"Cuando leo un guión y lo visualizo, intento plasmarlo al papel de la forma más emocionante e inmersiva que puedo. De manera que cuando lo veas, creas que estás allí y te metas en la historia, con los personajes."

(Jim Lee)

X-Men 1 a 3

En 1991 vería la luz el X-Men nº 1, cómic que posiblemente sea uno de los más innovadores y rompedores (visualmente hablando) de la historia del cómic. Durante todo el período anterior Jim Lee había dejado de ser un novato para convertirse en maestro, y junto a Liefeld y McFarlane estaban poniendo patas arriba Marvel con sus trabajos. El coreano imprimaría a sus páginas un claro cambio estético que empezaba por los propios personajes (Mariposa Mental fue tan solo la punta del iceberg) y replanteaba la misma estructura base del cómic para crear un espectáculo visual, una revolución gráfica: buscó la ruptura de la viñeta tradicional y aumentó el nivel de detallismo para conseguir así una espectacularidad nunca antes vista que sería copiada por docenas de artistas y miles de aficionados.

Si el primer número de X-Force orquestado por Liefeld vendió más de tres millones de ejemplares, el primero de la nueva cabecera mutante con Lee y Claremont como equipo creativo duplicó esos números, llegando a superar los siete millones y medio y convirtiéndose así en uno de los cómics más vendidos de la historia.

Estos primeros números de la nueva serie contendrían el que sería el último arco argumental de Claremont al frente de los mutantes, y con el que se cerrarían quince años de historias ininterrumpidas del Patriarca Mutante. Veríamos por primera vez la división de los X-Men en dos equipos, oro y azul, y se nos narraría un nuevo encuentro entre los mutantes y Magneto, con la aparición de los Acólitos. También veríamos a Rojo Omega, que se convertiría en el enemigo a batir en el siguiente arco argumental, y a Matsuo Tsurayaba, líder de La Mano que ya aparecía junto al Mandarín en los primeros números de Uncanny X-Men que dibujase Jim Lee tras su prueba.  

X-Men 4 a 7

Con la marcha de Claremont sería Jim Lee quien tomaría las riendas del argumento de X-Men, convirtiéndose así en un autor completo. Sin embargo el coreano recibiría ayuda con los guiones, especialmente en lo relativo a diálogos. Durante los números 4 y 5 sería John Byrne quien le completaría, mientras que en el resto de los números que dirigiría lo haría Lobdell. Estos dos autores serían además quienes se ocuparían de desarrollar el argumento de Uncanny X-Men.

En la primera historia de Jim Lee en solitario nos encontramos a Romo Omega y a la mano dirigida por Matsuo emboscando al equipo azul. Pese a que conseguirían escapar, Lobezno no tendría esa suerte. Y así el autor aprovecharía para sumergirnos en una historia en la que echa un vistazo al pasado del personaje. Maverick y Dientes de Sable aparecerían también a lo largo de la aventura, y al igual que sucediese en el arco anterior veríamos los comienzos de la que sería la siguiente historia, con Longshot y Mojo.  

X-Men 8 y 9

Tercer arco de la nueva etapa. En él aparece Bishop como nuevo miembro del grupo oro de Tormenta (fue presentado en Uncanny X-Men) y la aventura se centraría primero en el roce entre el mutante del futuro y Gambito para después enfocarse en el pasado del cajún, a causa de la aparición de su esposa Belladona. Y contra todo pronóstico esta historia incluiría también al Nido, los alienígenas contra los que los X-Men se han enfrentado en numerosas ocasiones, y al Motorista Fantasma en un cruce entre ambas series y Uncanny X-Men.

Cabe mencionar también cierta química entre Cíclope y Mariposa Mental, para desesperación de Jean Grey. ¿Tenía pensado el coreano romper la relación entre Jean y Scott, como haría Morrison años más tarde al emparejarlo con Emma Frost?

Llama mucho la atención que la segunda historia en solitario de Jim Lee revise de nuevo el pasado de uno de sus personajes más misteriosos (primero fue Lobezno y después Gambito), personaje este que debe a Jim Lee todo su potencial.  

X-Men 10 y 11

Último arco argumental con Jim Lee al frente de la colección, en este caso nos encontraríamos con el Mojoverso, Dazzler y Longshot. Una historia breve y más floja que las anteriores que marcaría el final del dibujante en X-Men.

En 1992 Jim Lee abandonaría no solo los X-Men, sino también Marvel, para fundar la nueva editorial independiente Image. Lo haría acompañado de otros revolucionarios autores de la época, como Todd McFarlane (que causó en Spider-man un revuelo similar al que creó Jim Lee en X-Men), Rob Liefeld, Whilce Portacio, Marc Silvestri y algunos otros. El motivo para fundar esta nueva editorial no fue otro que la disconformidad que todos estos autores tenían con la política de Marvel, que impedía a los autores registrar para sí mismos aquellos personajes que creaban (como le sucedió a McFarlane con Veneno, personaje que inventó para Spider-man). La política de Image Comics sería que los artistas podrían publicar su material sin necesidad de ceder los derechos de autor de sus personajes.

Con la marcha de Jim Lee, sería Fabian Nicieza quien se haría cargo de las dos series, X-Men y Uncanny X-Men. El coreano se habría ido, pero a su paso había marcado la semilla para una revolución en el mundo del cómic, su huella permanecería para siempre.

"Pasamos de crear una pequeña editorial (Image) a convertirla en la segunda compañía de cómics por detrás de Marvel."

(Jim Lee)

X-Men. La serie de animación.

El éxito de los X-Men de Jim Lee fue tal que a finales de 1992 se estrenaría una serie de animación de gran éxito que pudo verse en España durante varios años. En dicha serie nos encontrábamos a un grupo liderado por Cíclope y que incluía a Jean Grey, Lobezno, Pícara, Júbilo, Bestia, Tormenta y Gambito. No solo la estética de los personajes sería la misma creada para ellos por la mano de Jim Lee en el X-Men nº 1, sino que además el grupo sería prácticamente el mismo que utilizase el autor en su etapa, el grupo azul, con la variante de que se incluyó a Tormenta en lugar de a Mariposa Mental.

Durante varias temporadas la serie estaría en antena, y contaría diversas historias sobre los mutantes. Entre ellas nos encontraríamos con algunas de las más representativas de la época Claremont, como Días del Futuro Pasado o la saga de Fénix Oscura. Curiosamente también aparecen capítulos basados en los cuatro arcos argumentales escritos por Jim Lee: Rojo Omega, Bishop y su enemistad con Gambito, Belladona y el pasado del cajún y el Mojoverso, todo ello en historias que en mayor o menor medida recordaban a las narradas por el coreano.

"Cuando empecé los cómics eran una afición marginal, algo que no comentabas a los demás. Pero decidí trabajar en este mundo porque me apasionaba, no porque fuese a ser lo que me daría de comer. Y aquí estoy." (Jim Lee)

Como era de esperar dada la nueva política comercial de la editorial, a la serie le siguieron docenas de productos que incluían muñecos articulados e incluso una colección de cómics de calidad discutible basada en la serie que estaba influida por los cómics de Jim Lee, un tanto rocambolesco.

No hay duda de que Jim Lee fue una pieza fundamental en el engranaje del universo X-Men, pues su llegada marcaría un hito tanto en la colección como en la editorial. Todavía hoy, diez años después, su estilo de dibujo y la rompedora estructura con la que aborda las páginas siguen siendo imitados por autores y aficionados, y la etapa en la que dibujó a los mutantes todavía es una de las más apreciadas y mejor valoradas por los fans. Su nombre ha quedado unido al de los X-Men, lo que sin duda alguna lo convierte en uno de los autores icónicos de la gran franquicia mutante.

JOAQUÍN SANJUÁN